Cambio la rutina y empiezo
a sentir diferente,
como cuando nací
sin tí,
cuando conjuraba las
pesadillas
y bailaba la
danza del vientre
o andaba tranquila
entre mi gente.
No me habitabas,
no me
cuestionaba tu vivir,
no sentia rabia
ni deseos de huir.
La vida
tenía diferente sabor.
Hoy es otra cosa.
.
Resurgí de tiempos
aletargados de esperar,
de soñar lo que
no será,
de esperar el momento
que nunca llegará.
Ya no me entrego por
nada,
desemboco en
la vida
más calmada.
Atisbo la línea que
trazaste en mi mente.
Juego tu
juego
de naipes
dormidos,
donde cada carta
es cosa del destino.
Donde tu alma no
llega
por ningún
camino
y la mía ya
no espera
razones sin sentido.
Alimento el cuerpo
de otra manera,
con sal y
mareas de algas redimidas de pudor.
Ni pasmosas
palabras cambiarán el camino,
ni dudosas ofertas sembrarán
más amor.
Tiento el
camino,
seduzco a la
pasión,
negocio un beso
perdido
y salgo de mi
caracol...